sábado, 19 de diciembre de 2015

Volver

Cuando yo llegué a la que ahora es mi casa, en el patio había un hermoso gallinero pintado todo el de color verde. Feo era, no nos engañemos; pero tenía su encanto.
No sé que ocurre hoy en dia que muchas de las cosas que hoy han desaparecido casi por completo en nuestras ciudades, da la casualidad que ahora las echamos de menos. No deja de ser curioso. Sobretodo, por que cuando convivían con nosotros, no le dábamos ninguna importancia.
La cuestión es que trabajar con la malla de gallinero era una asignatura pendiente, algo que había que hacer más tarde o más temprano. Así que, como en todo buen equipo, ya tenía yo a mi ayudante camino de la ferretería para comprar un buen trozo.
Como siempre ocurre en el taller, rondaba por allí el bastidor de una tela de pintor y no era cuestión de desaprovecharla...
El primer paso consistió en darle una buena mano de gesso como imprimación y así preparar la madera para todo el proceso.
 

La idea era continuar dándole un aspecto envejecido y para ello nada mejor que utilizar dos colores distintos de pintura que contrastaran. Chalk Paint de La Pajarita fue la pintura elegida. Me gusta mucho por su aspecto mate y por los colores que fabrica la marca.



Posteriormente utilicé diferentes papeles, rotos en pequeños trozos, para simular el paso del tiempo por la pieza.


El resultado final me gustó mucho y creo que puede llegar a quedar muy bien como soporte para pequeñas piezas, tales como fotografías, objetos chiquitos o creaciones de poco peso que se convertirán en un elemento decorativo colgadas de esta especie de ventana por la que podemos asomarnos a otro tiempo.


Pues ahí os lo dejo para que lo disfruteís y ya sabeís, todas vuestras dudas serán contestadas a través de este espacio.
¡Nos vemos!
 

domingo, 22 de noviembre de 2015

Hacer una letra de cartón

Nada más fácil si seguís todos los pasos y explicaciones que aquí os mostraré; sólo hará falta algo de habilidad, paciencia y tiempo libre.
Primero debeís elegir el tipo y tamaño de letra a reproducir.


A continuación, trasladad la plantilla al cartón gris y recortad dos piezas iguales. El que yo utilicé es uno de dos milímetros de ancho que debe cortarse con un cutter bien afilado, empleando siempre una regla como guia.


Para dar volumen a nuestra letra, prepararemos varias tiras de cartón del mismo ancho que queramos resulte la pieza final -nos servirá el cartón marron de cualquier caja de embalaje- y las curvaremos apretándolas un poco, para pegarlas posteriormente en el interior con cola blanca.


Una vez hecho esto, uniremos las dos piezas que conformaran la letra; la parte delantera y la de atrás. 


Los laterales no son otra cosa que pedacitos de cartón gris que iremos cortando y encolando a medida.
Una capa de imprimación con Gesso nos proporcionará la base adecuada para empezar a pintar.


El color elegido fue el azul, en realidad dos tonos de éste; ya que la intención era imitar la tela vaquera.



Un pincel de cerdas duras y varios tipos de lijas sirvieron para dar ese aspecto desgastado tan típico de esta tela. 


El detalle final lo dieron las puntadas hechas con un rotulador Posca comercializado por la marca Uni. Esta clase de rotuladores tienen una base de pintura y su trazo resulta más opaco en comparación con los permanentes a base de tinta.


Lo cierto es que el resultado mereció el esfuerzo y es por eso que os animo a probar esta manualidad que, aunque requiere algo de destreza, seguro os recompensará.
¡Nos vemos pronto y espero que os guste!

sábado, 26 de septiembre de 2015

Es ese aire antiguo

A veces es una imagen, otras un vago recuerdo. Tal vez un olor que nos devuelve a otro tiempo. Feliz, seguro. Cargado de nostalgia. 

La memoria es sorprendente. Crees que has olvidado algo o quizás ni lo recordabas y de repente, vuelve. Un escalofrío te recorre el cuerpo, el vello de punta, lágrimas en los ojos ¿En qué rincón de mi cabeza estabas? ¿Cómo te conservó mi corazón? 
Todo se guarda en cajones, en pequeños compartimentos. A veces éstos se abren, destapan su contenido. Yo creía que te habías ido y aquí sigues, a mi lado; formando parte de mi historia.
Puede ser una cara, un gesto, una mirada o un beso. El abrazo que nos dejó prendados, atados a alguien con un hilo fino, enredados para no soltarse. O tal vez no hablemos de una persona y era un gatito y sus maullidos quien llenó de amor tu tiempo.

Pero ¿y los objetos? ¿y aquello que pisamos, tocamos, utilizamos en algún momento de ese paseo por la vida? ¿acaso ellos no nos tocaron el corazón?
Quizá ni tan siquiera los conservamos. No eran tan importantes, al fin y al cabo, o hubiera sido imposible guardarlos para siempre. Trastos, muebles, juguetes, mis libros, tu ropa, sus fotos, el suelo que pisaste o el espejo en el que se miraba antes de salir a la calle. Era tan presumida.

La memoria, la memoria. Generosa a veces; evocadora para que, de vez en cuando, nos giremos y miremos atrás. Para que no olvidemos, para que rescatemos y volvamos a respirar ese aire antiguo. El aire que nos da la vida. 

Nos vemos, amigos.
Espero que os haya gustado.



viernes, 11 de septiembre de 2015

Sólidos cimientos

Todo cuanto uno proyecta crear necesita de una buena base; una firme, que permanezca en el tiempo.
Esta idea puede aplicarse al trabajo, tanto al manual o artesanal, como en este caso, pero también a cualquier otro.





Se trata de perdurar, no ser efímero.
El buen diseño no pasa de moda y es referente y modelo sobre el que construir, crecer e innovar.
Nadie nace sabiendo y todos desarrollamos nuestro trabajo inspirados por imágenes, sensaciones, emociones y un flujo constante de información que hemos de aprovechar.


¿Acaso no resulta increíble lo que han llegado a crear artesanos, artistas, diseñadores, constructores o sea cual sea el nombre que le demos?


Amor, pasión, conocimiento e investigación sólo pueden dar como fruto obras hermosas y sugerentes que nos lleguen al corazón, atrapándonos con su belleza.


Es mi intención recuperar de nuestra historia a aquellos que deberíamos tener siempre presentes en la memoria.
Ahí va pues mi humilde homenaje con este trabajo de aire clásico.
Espero que os guste.
Nos vemos.

viernes, 7 de agosto de 2015

El valor del recuerdo

Hoy me he levantado con ganas de rescatar pensamientos.
Dicho así, suena raro. Pero seguro que después se me entiende.
Cuando yo era niña en el colegio nos enseñaban costura. Cada tipo de punto lo cosiamos en trocitos de tela diferentes.
Eran otros tiempos, la informática no era una asignatura y los teléfonos aún no habían perdido su cable.
Todo era más rústico, pero también más amable.
Ya sé qué pensais. Parece que esté hablando de la Prehistoria, pero, en realidad, no hace tanto de ello.
Pues lo dicho, en casa nunca faltan hilos, cintas o botones.
¡Me encantan los botones!

 Por supuesto, acompañados de sus amigas las telas...


Yo las compro, las guardo y pienso que ya estudiaré qué hacer con ellas.
Muchas veces sólo las miro. En serio.
La tela para vaqueros da mucho juego. Ella es la protagonista del trabajo de hoy.

 Nada con pretensiones. Un pasatiempo con piezas evocadoras. Un bastidor con su lienzo forrado de tela vaquera.

Ahí os lo dejo. A vosotras, que ya sois mis cómplices. Marcela y su finde incluidos.
¡Nos vemos!

domingo, 2 de agosto de 2015

Luz divina

Al principio nació del bello dibujo de un mosaico hidráulico.


Poco después, al ir eliminando materia y suavizando sus formas, aquella pieza se transformó en el recuerdo vago de algo más grande y mucho más misterioso.
¿Acaso no era aquel un rosetón gótico? Me fascinó imaginar la visión del arquitecto intentando capturar la luz divina.


Se me estaba escapando de las manos...
Y pronto ya no sería mío.


Supongo que a veces uno se encuentra con lo que no busca, se tropieza con lo que otros dejaron en el camino; el esbozo de un sueño, una idea que quedó en el aire...
Yo solo me alegro de haber provocado algo de magia y que esta se posara en este trabajo del que me siento tan orgullosa y contenta. 


Para vosotros ahora. Espero que os guste. 
¡Nos vemos!

sábado, 27 de junio de 2015

Paris en cualquier parte

Llevábamos mucho tiempo juntos. Yo me encontré un dia con él y decidí que debía ser mio. Fue una de esas bonitas casualidades.
Su apariencia era sencilla, pero su carácter fuerte, tal y como a mí me gusta.
Hace poco planeé un cambio de escenario con él y creí que lo mejor era prepararlo todo para la ocasión. Una ceremonia exige el vestuario perfecto, no dejar nada al azar.




Y aquí le teneis ¿Acaso no os parece normal que me prendase de él?
Os presento a uno de mis objetos de deseo.
Lo sé, os lo imaginábais de otro modo. Tal vez más masculino...
Pero no me direís que no es divino.


Cuando me lo llevé a casa era de cartón marrón, no podía ser más sencillo. 
La pintura chalk hizo el resto. Pura magia encerrada en un frasco. 
Los complementos vinieron luego, unos recortes de una cinta métrica fotocopiada y un botón de madera maquillado con betún de Judea.






Y es que, amigas, el amor puede aparecer en cualquier parte y lo que antes era una simple habitación puede, por un momento, convertirse en un hotel en Paris o aquel lugar que tú quieras.
¡Nos vemos, como siempre!
¡Un fuerte abrazo!

domingo, 21 de junio de 2015

De criado a señor

Es un decir, por supuesto. Pero es que es el titulo que me pareció más idóneo después de ver el resultado de mi intervención en el marco que hoy os enseño.
El pobre era feo. Más que nada es que le faltaba un poco de personalidad. Ese no se sabe qué que acabó teniendo.
Hace poco he descubierto la Chalk paint y estoy entusiasmada (ahora me explico porqué hay quien ya no puede vivir sin ella)
Para este trabajo utilicé también craquelador. Tanto la pintura como éste último son de la marca La Pajarita.



Supongo que acabaré probando todos los colores que la marca comercializa. Conociéndome, seguro. Pero, de momento, aquí teneis un comienzo.
A continuación, os muestro el proceso. 
Por cierto...el aspecto marmorizado final me pareció increible. 
Se admiten opiniones ¡Como siempre!
¡Un abrazo fuerte a todos!









sábado, 13 de junio de 2015

Perros, gatos y papeles de colores

A veces te lias y eso a mí me suele pasar mucho. Me confieso.
Ocurre que quiero probar a hacer algo y al imaginármelo, me emociono pensando en lo bien que quedará. Sé que me llevará mucho trabajo, pero no calculo cuanto. Por suerte, me sobra paciencia ¡Ni los santos tienen tanta!
Lo peor que puede pasar es que me desilusione y lo deje correr. Pero, amigas, eso no quiere decir que abandone para siempre.
Eso mismo es lo que me ocurrió con este proyecto que os presento hoy. Que triunfó por goleada mi tozudez ¡Y no lo doy por acabado del todo! Soy un caso...
Tenía un tela para pintar que se había rasgado por una esquina y como le veo posibilidades a todo, decidí guardarla.
De vez en cuando, me da por revisar armarios y deshacerme de trastos y el reencuentro con la tela herida fue inevitable.
Siendo el cartón otra de mis debilidades, me puse a montar cajitas de varios tamaños y a forrarlas de papeles, otro de mis amores locos.
Así pues, entre cartones, papeles de colores e ideas locas, surgió este proyecto, que más que práctico es bucólico, que no es funcional sino estético.
¡Vaya, que lo encuentro muy bonito!
Espero que os guste y os dé ideas...

¡De momento, se va al Finde Frugal de Marcela! 



lunes, 1 de junio de 2015

No quiero engañarte


Que quede claro. Lo que veis no es lo que parece. 
Un amigo mio dice que sólo pienso en enredar al personal. ¡Es broooma! Suya y mia. En realidad, me gusta explicar la verdad, que así os hagais un poco vuestro mi trabajo y a poder ser, probeis a llevar a cabo el mismo proceso.
Esta vez tocó imitar la acción del óxido, creo que ya comenté que era un proyecto. Más abajo os muestro en imágenes un resumen de cómo lo hice.
Es curioso, porque en la parte final, hasta mi cerebro asociaba lo que yo estaba viendo con algo real; era metal
deteriorado lo que tenía frente a mí, entre mis manos. Resultaba emocionante. Llamadme exagerada.
Los materiales son aquellos con los que habitualmente trabajo, fáciles de encontrar y asequibles; madera, pintura acrílica, barnices al agua...
Ahí lo teneís pues. Como siempre, espero que os guste y lo comentemos.