A veces, cuando hago algún trabajo, siempre hay alguien que me dice "es que tú tienes mano para ello, yo no sabría hacerlo"
La verdad es que, práctica no me falta; en realidad tampoco es que tenga mucha, pero porque, normalmente, me lo pienso bien antes de hacer algo y cuando me pongo, voy a tiro fijo. Es como si mi cerebro ya hubiese estado procesando por su cuenta y me ofreciese la mejor alternativa.
Si, a mí también me suena raro.
Desde siempre me ha interesado la imitación de materiales distintos.
Estoy fuera de casa, ya lo he explicado muchas veces, y no hago más que mirar a mi alrededor; las personas me llaman la atención, esa es otra historia, pero las texturas de lo que veo me fascinan.
Pues llevo una temporada obsesionada con eso de imitar...y he creado unas cuantas muestras a modo de fichas con el material imitado y el proceso seguido.
¿Os apetece una de ellas como aperitivo?
La idea era simular la pátina que ofrece el cobre con el tiempo. Ese color verde siempre me ha atraido y estos dias atrás se me metió en la cabeza que debía conseguir recrearlo.
Mi cerebro ya tenía faena...
Los elegidos para aplicar la técnica fueron unos pomitos que corrían por el taller. Piezas de esas que compro y que no tienen un destino claro.
Seguro que alguna de vosotras asiente con la cabeza.
¡Los encontré tan bonitos!
Como primera capa le apliqué con un pincel Chalk paint en color casi negro.
Después y utilizando un trocito de espuma rota -mejor que la cara no sea lisa- fuí dando pequeños golpecitos con Chalk en color verde hielo. En unas zonas más que en otras y con mucho cuidado.
Pinté de blanco el extremo de los pomos para contrastar con el resto y finalicé el trabajo con el barniz ultramate de la marca La Pajarita, a la cual pertenecen también las pinturas utilizadas.
Podeis ver el resultado del proceso en las fotografias. Unas piezas que podemos utilizar en alguno de nuestros trabajos para dar un aire antiguo a, por ejemplo, un mueblecito.
Espero que os haya gustado y como siempre os digo; por aquí nos vemos.